Gracias a su cubierta abovedada y a la eliminación de aristas entre paredes y techo, se reduce la superficie de transmisión térmica por contacto con el exterior. Un pequeño aporte de calor, permite caldear toda la vivienda en invierno.

En zonas de más calor, la cubierta pintada de blanco refleja los rayos solares y se consigue, de forma natural, una vivienda más fresca en verano. Del mismo modo, en zonas de más frío, la cubierta pintada de color oscuro capta mayor calor, aumentando así la temperatura en el interior de la vivienda durante el invierno.

En los modelos circulares, con cubierta abovedada y minarete central a modo de patio andaluz, se consigue que el calor salga de la vivienda de forma natural. Igualmente, los rayos solares penetran en las habitaciones que dan al norte a través de las ventanas de dicho minarete. Esta arquitectura tiene, además, un efecto psicológico beneficioso para el ser humano: Según un estudio de la conducta y el comportamiento del ser humano basado en la experiencia, las personas que habitan en estas viviendas sienten la necesidad de volver cuando están fuera de las mismas y, cuando están dentro, les reconforta.

 Como efectos en la mente pueden mencionarse: 1, sensación de confort por la estética de la arquitectura de formas curvas y techos altos y abovedados; 2, al tratarse de formas que no distorsionan la armonía del paisaje, éstas producen percepciones y sensaciones positivas; 3, vivir bajo una cúpula da más seguridad que vivir bajo un techo plano porque una cubierta en bóveda resiste 100 veces más que una cubierta plana.

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